FECHA: 7 DE AGOSTO DE 2025
LUGAR: SALA SALAMANDRA (L’HOSPITALET DE LLOBREGAT, BARCELONA)
PROMOTOR: MADNESS LIVE!
La banda de New Haven le ha cogido el gusto a conmemorar fechas especiales en nuestro país. Si el año pasado aterrizaron en el Rock Fest con la bandera de su 30º aniversario, el pasado jueves la cita en Barcelona coincidió con la llegada de los 48 años de su vocalista Jamey Jasta. Sobra decir que el público de Salamandra se entregó a los cánticos de cumpleaños con el mismo brío que al moshpit, acompañando al frontman mientras soplaba las velas en un brazo de gitano improvisado que le dio a la noche un toque de folclore catalán.
No cabe duda de que era una velada para celebrar, primero por el reencuentro con una banda capital que durante tres décadas ha repartido furia con una fe inquebrantable y, segundo, porque en la cita los acompañaban Bellako, abanderados del “weedcore” patrio que no fallan aunque jueguen siempre al fallo.
Todos los allí congregados tras la apertura de puertas tenían ganas de esto, porque otra cosa no, pero de juerga Bellako saben un rato. Bien es sabido que los de Mataró no es que se crezcan en directo, es que detonan con la fuerza expansiva de un porro bien cargado, la misma que eleva por los aires a su bajista, Xavi, que no pierde ocasión para darse un baño de masas y crowdsurfear entre el público sin dejar de aporrear las cuatro cuerdas.

Arrancaron pasadas las 20:30 con Rober alentando a todos los “cabrones y cabronas” allí presentes a dejarse las nucas al aullido de “No se puede ir para atrás, lo que fue, no volverá”, corte de su más reciente EP, Mala Hierba (2023). Un trabajo al que sí regresaron en varias ocasiones para entrar en puro ‘Éxtasis En El Infierno’, condenar al ‘Pobre Rico’, trolear con ‘Porro al Sol’ y rendir homenaje a los fieles devotos de la lechuga del diablo en ‘Hazte Otro’.
Contundencia sobre las tablas y un descaro adictivo que conectó sin ajustes con punks, metaleros y hardcoretas, unidos para invocar a la abuela Montserrat en ‘Pollos Radiactivos’ y ‘El Nieto’, o atraer la nave nodriza de Sagan Ummo en ‘Planta Madre’. Una hora de aroma verde, buen rollo y potencia ensordecedora, de melenas centrifugando en el escenario y molinillos a ras de suelo. Tiempo para ‘Siglo XXI’, ‘Al Infierno’ y fin de fiesta con la indispensable ‘A Fallo’. La Salamandra sudando, el público más que satisfecho y el humo oliéndose a tres manzanas. No he probado nunca un porro, pero si algún día decido rendirme al duende verde, me lo fumo fijo con Bellako.
El torbellino mataronense prendió la mecha y preparó la línea de fuego para dar la bienvenida a la banda de Connecticut, que en este ‘European Savagery Tour 2025 (part 2)’ hizo tres paradas en nuestro país: Sevilla, Barcelona y Pamplona. Una intro con el ‘Balls to the Wall’ de los alemanes Accept y poco tiempo de reacción para recibir el puñetazo certero de imperativos como ‘I Will Be Heard’, la abrasiva ‘Tear It Down’ o la más reciente e implacable ‘Make the Demons Obey’. Un sencillo que llega casi cinco años después de su último Weight Of The False Self (2020) y que captura la ferocidad que ha mantenido a Hatebreed como uno de los referentes indiscutibles del hardcore metal hasta la fecha.

La sala pronto mutó a campo de batalla con un agujero negro en su epicentro donde no había espacio para la contemplación. Sobre el escenario, una alineación marcada por la baja temporal de Wayne Lozinak, guitarrista fundacional de la banda, que se vio obligado a abandonar la gira tras ser diagnosticado con un tumor cerebral benigno que, según ha compartido en su Instagram recientemente, ya ha sido extirpado con éxito. En su lugar, el bajista Matt Bachand fue el encargado de cubrir su posición en la línea de guitarras mientras que Carl Schwartz (First Blood y Terror) hizo lo propio como bajista.
Jasta conectó su rugido con el público barcelonés y marcó el pulso de un directo robusto, violento y atronador desde primer momento, sostenido por una banda que palpitaba fulminante al unísono. Alternaron durante hora y media ráfagas de clásicos como ‘Before Dishonor’, ‘Destroy Everything’ o ‘This Is Now’ con algún descanso para oxigenar el pit que aprovecharon para recordar a Ozzy y animar a los presentes a no dejarse pisotear y a exprimir cada momento.

Cuerpos empapados en una sala a reventar y puñetazos al aire entre breakdowns aplastantes como seísmos que sacudían desde la barra hasta el merch. Temas celebradísimos de su segundo Perseverance (2002) como ‘A Call For Blood’, ‘Perseverance’, ‘Smash Your Enemies’ y ‘Proven’, en ese coctel tenso y preciso que mezcla la rabia del hardcore punk y la musculatura del heavy metal. Un repertorio ejecutado con la suma ideal de intensidad, pasión y perfección técnica que no solo demuestra su buen estado de forma sino que augura grandes expectativas para su próximo trabajo.
No contentos con incendiar la sala, guardaron para el tramo final un cierre con ‘Live for This’ y ‘Looking Down the Barrel Of Today’, llevando al pit a ebullición con cuerpos saltando como granos de arroz hirviendo. Dos palabras: respeto y resistencia. Y una máxima a seguir: si no vives para noches como esa, morirás para nada.
SANDRA ASTOR