Si hablamos de bandazos en la escena metal, seguramente haya pocos personajes a la altura de Robb Flynn. Creador de algunos de los discos más importantes del género, su historia reciente como líder de Machine Head está también llena de baches, altibajos y tantas luces como sombras.
Si bien Unto The Locust y Bloodstone & Diamonds supieron salir de paso y mantener a la banda en lo más alto gracias a la inercia ganadora de The Blackening -uno de los discos claves del siglo XXI y peak de aquellos “nuevos” Machine Head- Catharsis los devolvió a su punto más bajo cayendo, literalmente, con todo el equipo. Tras un período de reflexión en el que se vio obligado a reclutar y renovar la formación, volvimos a ver algo de luz en Øf Kingdøm And Crøwn, que sin llegar a su mejor nivel mostraba bastante mejoría.
Y es ahora, cuando la lógica nos hacía pensar en otra pequeña resurrección, que vuelve a mostrar la peor versión de sí mismo. Es triste tener que hablar en singular para hacerlo de Machine Head, pero a estas alturas a nadie se le escapa que es el dueño y señor del cortijo, más un ente unipersonal cargado de ego que una banda en toda regla. Con ello, Unatøned cae en los mismos errores del pasado (hasta en lo de seguir nombrando sus temas en mayúsculas y con esas ridículas ø´s nórdicas), como si tropezar con una piedra no le hubiese servido para aprender, y no es necesario ir más allá de los singles para encontrarlos.
En ‘Bønescraper’ sueña con un estadio abarrotado y miles de puños levantados y rendidos a un estribillo de lo más simplón y predecible, mientras que ‘These Scars Wøn´t Define Us’ ya me pareció sonrojante cuando fue lanzada allá por noviembre del año pasado para promocionar su actual gira americana junto a In Flames, Lacuna Coil y Unearth. Algo que dice mucho de un tema que solo desprende tópicos de autosuperación y ese tufillo americano típico de grupos como Five Finger Death Punch porque, en realidad, me gustan todas las bandas involucradas.
El verdadero problema viene cuando otras las hacen buenas. El tándem formado por ‘Øutsider’ y ‘Nøt Løng Før This Wørld’ es un cúmulo de despropósitos indigno de llevar el nombre de Machine Head en su cabecera, pastiches muy de la época Catharsis. En ‘Addicted Tø Pain’ parecen querer imitar a bandas que ellos mismos influenciaron, amén de otra letra ridícula, mientras que ‘Bleeding Me Dry’, ‘Shards Øf Shattered Dreams’ y ‘Scørn’ se esconden al final del lote experimentando con todo tipo de registros (una batería electrónica, tempos más rápidos de lo habitual e incluso una balada) sin dar con la tecla en ninguno de ellos. Tan solo crean la sensación de no haber ninguna coherencia ni dirección dentro del álbum.
Los únicos momentos rescatables los encontramos en ‘Atømic Revelatiøns’ y ‘Unbøund’, donde los riffs potentes y directos, sus típicos armónicos y las melodías actuales mejor encajan. Un bagaje ridículo para una banda que, si en su momento reinó, ahora da más pasos en falso que en la dirección correcta.
JORGE AZCONA
