Con una imagen llamativa, conceptos locos, y una música igual de exuberante, los suecos Avatar se han convertido en uno de los grupos europeos que más notoriedad ha conseguido en los últimos años. Sin embargo, en su nuevo disco Hunter Gatherer dejan la fantasía a un lado para poner los pies en la Tierra.
La última vez que charlamos con Avatar con motivo de su último disco Avatar Country en 2018, nos encontramos con una banda totalmente inmersa en ese mundo imaginario que habían creado para el concepto del álbum. Todas sus respuestas estaban enfocadas desde esa perspectiva en la que el guitarrista Jonas Jarlsby era el rey de un reino salvaje. Dos años después, la situación ha cambiado radicalmente. El vocalista Johannes Eckerström nos recibe virtualmente a través de Zoom en el salón de su casa, sin rastro de maquillaje en su cara, ni tampoco ninguno de esos modelitos llamativos que luce en el escenario o en las fotos promocionales. ¿Tendremos por fin la oportunidad de conocer a la persona detrás del personaje? Parece que sí.
Su nuevo disco Hunter Gatherer, que ha lanzado Century Media hoy, 7 de agosto, es en sus propias palabras “una vuelta a la realidad”. Sin abandonar del todo su esencia teatral, el grupo que completan Tim Öhrström (guitarra), Henrik Sandelin (bajo) y John Alfredsson (batería) plantea en su nueva obra cuestiones casi filosóficas sobre el comportamiento humano y sus consecuencias. Es un disco más profundo y oscuro en el que los suecos recuperan también sus raíces más metálicas.
Suecia ha seguido un camino distinto al de otros países en la gestión de la pandemia. ¿Cómo lo valoras?
JOHANNES ECKERSTRÖM “Me cuesta tener una visión cínica de la situación. No creo que ningún gobernante quiera que su gente se muera. Ni siquiera un dictador sociópata querría que su pueblo muriera. Quizá aprendamos la lección de que si todo el mundo actúa globalmente se pueden superar otras crisis, como el cambio climático. Las cosas podrían haber ido mucho peor. Ahora vivo en Finlandia, pero obviamente sigo mucho la situación en Suecia, y cuando veo los debates entre políticos me hierve la sangre, porque veo mucho oportunismo. Obviamente nuestro primer ministro hizo las cosas mal, pero es muy fácil criticar a toro pasado. Este juego político me molesta mucho”.
¿Y cómo te sientes sacando un disco nuevo en este contexto? ¿Sientes que incluso puede verse como algo frívolo teniendo en cuenta que la gente anda preocupada por otras cosas?
“En realidad es siempre así. Antes de empezar la grabación del álbum, tuvimos una larga reunión en casa de Jay (Ruston) para hablar de la producción y escuchar las maquetas que teníamos y, al terminar, tuve esta visión de nosotros como banda corriendo súper alegres con un cubo de agua y lanzándolo al océano y gritando ‘¡De nada!’. Si abres Spotify puedes entender por qué. En cualquier situación, la música es muy importante para nosotros porque nos permite expresarnos, pero siempre hay cosas más importantes que suceden en el mundo. Es show business y entretenimiento, no es tan importante como llevar una ambulancia o ser un médico, nunca lo ha sido, pero no pasa nada. No debemos sentirnos culpables por tener hambre de cultura o querer expresarnos. Creo que el arte tiene un significado, un valor. Puede que en un momento dado algo no sea culturalmente relevante, pero el valor del arte es constante. Se trata de ser humanos o no serlo. Y los humanos lo necesitamos. Y nosotros tenemos la suerte de que sea nuestra profesión”.
Desde luego. Si piensas en lo que habría sido un confinamiento sin cine, música, literatura… ahí te das cuenta de la importancia del arte.
“Claro. Éste ha sido el mejor momento en la historia de la humanidad para un confinamiento porque tenemos un gran acceso a la cultura gracias a internet. He podido seguir vídeos de ejercicios en el salón de mi casa, tengo Netflix, una Xbox, puedes aprender a cocinar… Y aunque no pueda salir de gira, podemos seguir trabajando con la banda. Ahora mismo estoy haciendo la gira de promoción desde mi casa. Y también está bien. Podría haber sido mucho peor. Mi mujer y yo llevamos mucho tiempo sin ver a nuestras familias y amigos porque hemos sido muy cautelosos, y lo seguimos siendo, pero nos tenemos el uno al otro, a nuestro perro y donde vivimos es muy bonito ahora en primavera, así que podría haber sido mucho más duro. Pienso en la gente mayor que vive sola, viviendo en una gran ciudad, eso es realmente duro. Yo no he estado enfermo, así que no podemos quejarnos”.
Aunque el nuevo trabajo se concibió antes de la pandemia, sí se nota una voluntad de hacer algo más conectado a la realidad y no tan fantasioso. ¿Qué os llevó en esa dirección?
“Hacer música es nuestra forma de terapia, y debido a Avatar Country hubo una pausa de dos años en nuestra terapia. Así que la oscuridad que surgió de ahí era más compacta que nunca. Desde un punto de vista musical, sabíamos que queríamos hacer algo más heavy y más directo, más cercano a nuestras raíces. Nosotros aprendimos a tocar metal tocando temas de The Haunted, In Flames, Vader, Slayer, Cannibal Corpse y algo de Iron Maiden y Helloween. Así que queríamos volver a eso. Y también queríamos hacer algo más serio y volver a la Tierra porque nos habíamos ido a lugares locos primero con la fábula y luego Avatar Country. Teníamos que volver a casa y arreglar el lío psicológico que teníamos”.
¿Era ese país imaginario de Avatar una manera de esconderos?
“No lo creo, porque nos sentíamos muy apasionados con lo que hacíamos. Era nuestra expresión más honesta en ese momento. Toda esa comedia está basada en una broma interna. Y a pesar de todo queríamos hacer las mejores canciones posibles, así que tienes que poner mucho de ti. La canción ‘King After King’ era un tema sobre Jonas siendo como Jesucristo, que si muriese, volvería de entre los muertos y salvaría a su pueblo. Y la idea era que el cristianismo había robado esa idea del país de Avatar, porque el país de Avatar es eterno y bla, bla, bla. Pero a pesar de ese enfoque sigue siendo una canción sobre procesar una pérdida y la muerte y la esperanza. Era una canción de amor para uno de mis mejores amigos. Pero eso era al componer el disco. Luego cuando salimos de gira, decidimos convertirlo todo en una performance. Escribimos documentos sobre cómo se debían escribir los posts en las redes sociales siguiendo el rollo del disco como si nos dirigiéramos a los súbditos del país de Avatar. Yo hacía las entrevistas como si fuera el personaje, y era divertido, pero algunos días te llegaba a cansar”.
Sí, en nuestra anterior entrevista respondías como el personaje, pero ahora eres tú.
“Sí, después de un año y medio estaba cansado porque al final tenía que hacerlo todo yo. Fue un buen desafío creativo, pero quizá lo llevamos demasiado lejos”.
“Teníamos que volver a casa y arreglar el lío psicológico que teníamos” JOHANNES ECKERSTRÖM
¿Cuál es el origen de eso que antes describías como lío psicológico?
“Bueno, ésa es una pregunta muy amplia. Centrándome en lo que concierne al disco, hay aspectos macro como en qué manera la política, la avaricia, la ignorancia, el egoísmo ponen en riesgo nuestra supervivencia como especie, y luego aspectos micro que son cómo nos comportamos a nivel individual para llevar la vida que queremos. Normalmente nosotros solemos ser el principal obstáculo para conseguirlo. Esos dos conflictos son la base del álbum. El título del álbum hace referencia a la evolución del homo sapiens. Cuando pasamos de ser cazadores a recolectores y empezamos a cultivar y nos asentamos, ahí empezaron los problemas. Fue un gran paso para la especie humana porque podíamos alimentar a más personas, pero también empezaron las enfermedades y las guerras. Y luego dejamos de ser granjeros y pasamos a la revolución industrial, y empezamos a vivir más años, pero también nuestros cuerpos y nuestras mentes van degenerando porque nos hemos alejado de nuestras raíces. Ahora tenemos el cambio climático. Tenemos que encontrar una manera sostenible de vivir, y vamos a contrarreloj. Somos cazadores recolectores, pero no podemos ir hacia atrás. No podemos volver a vivir en un árbol y pensar que somos monos. Tenemos que seguir adelante, y de manera más rápida. Ese sentido de urgencia es uno de los núcleos del álbum. Decir ‘hunter gatherer’ es una manera de decir humano o individuo. Ser una persona dentro de esta jaula digital que hemos creado no debería ser algo malo, pero es un entorno nuevo para nosotros en el que tenemos que encontrar un equilibrio moral y técnico”.
Es un concepto interesante. Yo creo que cuanto más el ser humano se ha alejado de la naturaleza, más prisionero se ha vuelto de sus propios pensamientos y ha perdido la perspectiva del resto. Somos los animales más inteligentes del planeta, pero tampoco somos más que eso.
“Sí, estoy de acuerdo. Pero nosotros hemos moldeado el mundo que tenemos. Internet es una ventana maravillosa al mundo. Puedo estar hablando con alguien de España en un segundo. Es un sistema de comunicación increíble, pero lo estamos usando de manera destructiva. Es un ejemplo de cómo una herramienta es parte del problema, pero también parte de la solución”.
Estamos hablando de temas muy importantes, existenciales. Condensar todas esas ideas en canciones de heavy metal de cuatro minutos no tiene que ser fácil.
“No lo es. Pero el disco es un collage de las ideas más esenciales. Y cada canción se centra en una idea. No estamos intentando escribir una canción que hable sobre tooodo esto. Una letra puede ser una observación. Por ejemplo, ‘Silence In The Age Of Apes’ es una observación sobre cómo nos gritamos los unos a los otros cuando el universo está en silencio. Luego en ‘Colossus’ hablo sobre el método científico como una de nuestras invenciones, pero las cuestiones morales que plantea. En dos o cuatro frases de poesía puedes expresar esas inquietudes. Es nuestro vehículo. Otros escribirán ensayos o artículos, o hacen política. Es cuando contextualizas la poesía que adquiere un sentido mucho más amplio. Pero nuestra poesía tiene que ir acompañada de unos riffs de la hostia (risas)”.
¿Crees que este disco puede cambiar la percepción sobre el tipo de banda que Avatar es?
“Creo que el público que ganamos con Avatar Country estará tan confundido como el que ganamos antes de sacar Avatar Country. Creo que a estas alturas nuestro público ha aprendido que siempre nos estamos reinventando. Éste es nuestro disco más heavy, agresivo y oscuro, pero está muy bien articulado. Es muy poderoso y creo que eso puede que llegue a más gente. Este disco es justamente lo que queríamos que fuera, y normalmente cuando consigues eso, la gente reacciona favorablemente. Pero el éxito comercial es algo secundario. Cuando escucho el master de un álbum terminado me imagino un mundo en el que es un fracaso comercial, y eso me da paz. Porque lo escucho y lo sigo amando, y sé que toda la banda piensa lo mismo. Si la gente lo odia, pasará como con Chinese Democracy, lo olvidarán y pasarán a otra cosa. Claro que quiero seguir haciendo música, girando y evolucionando, pero no creo que todo eso dependa de este disco”.
No sé si ya habréis empezado a pensar en la gira, pero ¿qué tenéis en mente de cara a la presentación de este disco en directo?
“El show de Avatar Country era muy exagerado, muy 80’s, casi pornográfico, muy directo. Ahora queremos hacer algo más erótico, más sugerente, algo que amplifique la oscuridad en tu mente. Somos una banda teatral, pero esta historia está basada en algo real y el directo va a reflejarlo. Pero tendremos que esperar a 2021 para poder hacerlo realidad”.
JORDI MEYA